Palabras Perdidas

Tal vez esto no dure mucho o a lo mejor si dependiendo cuanto pueda exprimirle a mi cabeza xD.

Sonrió... y sin dudarlo corrió lo mas rápido que pudo, subió por la colina hasta llegar a la cima, por fin había llegado. A unos metros yacía aquel castillo de lúgubre apariencia donde la conoció a ella... tanto tiempo perdido, se culpó cada día por haber huido por no decirle lo que sentía, por conformarse con aquellas voces que lo derrumbaron completamente pero al final ahí estaba, por fin había llegado.

La emoción lo invadió por completo y avanzó cada vez mas rápido, en un abrir y cerrar de ojos comenzó a correr nuevamente, sintió como si volara al imaginarla entre sus brazos otra vez, el simple hecho de verla lo llenaba de felicidad.

Se detuvo frente a la puerta, respiró profundo y sujetó la perilla con decisión, sintió su corazón estallar dentro de si cuando abrió la puerta.

Marina!!

No pudo resistirlo mas, gritó su nombre pero su voz se apago al ver solo oscuridad, no había muebles ni muros, no había nada. Se quedó inmóvil por unos segundo y de pronto aquella mancha oscura lo atrajo hacia si absorbiéndolo, miró la luz de la puerta y nuevamente sintió aquel sentimiento estrujando su corazón.

Aaah!!!

Despertó de golpe, su pecho se movía frenéticamente a causa de su respiración, varias gotas de sudor caían por su frente y sus manos temblaban a causa de su nerviosismo.

Donde... estoy?

Miró el lugar en el que se encontraba y parpadeo un par de veces, yacia en una pequeña cama individual la cual estaba un poco gastada por el tiempo. La habitación era pequeña y no había otro mueble mas que un viejo  buró aun lado de la cama en la que estaba.

Agarró la manta que lo cubria y la hizo aun lado, con movimientos torpes de sento en la cama. Sintió su cuerpo entumecido y miro sus manos con extrañeza.

Genial ni siquiera puedo moverme... Como fue que llegue a este lugar?

Dijo para si mismo hasta que una voz lo interrumpio.

Yo te traje...

Volteó sobresaltándose un poco, miró al erizo blanco que lo observaba desde el marco de la puerta.

Ambos se quedaron inmóviles por un momento observando al otro, las betas de aquel erizo sobresaltaban en una extraña combinación de rojo y negro mientras que sus ojos eran de igual manera diferentes, el iris de uno era tan azul como el cielo y en el otro
era de un color verde a pesar de esto su mirada le hacia sentir una mezcla de sentimientos los cuales no pudo descifrar al instante.

Rix se preguntó que clase de criatura carecía de tantas diferencias?

En un momento estará la comida...

Pestañeo un par de veces regresando a la realidad, cuando se dio cuenta el erizo ya no estaba. Juraba que había visto moverse algo detrás de él o tal vez fue una mala broma que le jugaba su ya aturdida mente.

Intentó ponerse de pie sosteniéndose en el buró, sintió su cuerpo entumido y se dejó caer nuevamente en la cama.

Rayos... ya se!

Se sentó y con sus manos comenzó a formar un bastón de cristal solido.

Con esto bastará...

Apoyó el bastón en el suelo y se recargó en el.

Se mantuvo de pie unos minutos y comenzó dio pequeños pasos hasta acercarse a la puerta, miró lo que parecía ser la sala una chimenea sobresalía de la habitación, frente a ella se encontraba un sofá cubierto de polvo.

Amm... creo que no suele hacer limpieza muy a menudo

Avanzó un poco mas y pudo notar un gran mueble a un lado de la chimenea o al menos eso creía ver ya que el polvo lo cubría completamente, se acercó hasta alcanzarlo con su mano, quitó un poco y descubrió una vitrina de cristal.

Miró atraves del vidrio y vio dentro de ella un casco dorado, abrió los ojos de par en par y sacudió el polvo para ver los demás objetos, encontró dos guantes negros cubiertos de oro, a su lado yacía un cinturón dorado y unos jets igualmente cubiertos de oro con partes oscuras, vio el cinturón el cual tenia una extraña insignia.

Quien sera este tipo?

Sus dudas crecieron considerablemente y sin mas siguió caminando hasta llegar a otra puerta, entró a la cocina y vio nuevamente al erizo quien traía consigo una bolsa de biberes. Se quedo inmóvil al ver que lo que había visto no había sido su imaginación, la cola de aquel singular personaje era mas larga que la de un erizo normal.

Veo que te sienes mejor

Dió un pequeño brinco al escuchar aquella voz profunda.

S-Si... solo un poquito

Se acercó hasta la mesa, tomó una silla y se sentó en ella.

Soy Rix... Como te llamas?

El erizo siguió acomodando las latas de conserva, al principio Rix pensó que lo estaba ignorando, tal vez no lo había escuchado o simplemente no quería decirle su nombre. El silenció duro un momento hasta que el erizo hablo.

Kaled...

(Kaled?... ese nombre me suena) y... bueno creo que no te va muy bien aquí

Dijo esperando no incomodar al erizo, su vestimenta consistía solamente en un par de sandalias y un gabán grisáceo el cual cubría la mayor parte de su cuerpo.

No suelo pasar mucho tiempo en este lugar

Terminó de acomodar los biberes y cerró la alacena. Caminó y tomó un plato con sopa caliente, se acercó a la mesa colocándolo frente a Rix.

Ten cuidado esta caliente

Gracias...

Agarró la cuchara y movió un poco el contenido de la sopa.

Cuando termines aclararé tus dudas

Dijo poniendo un vaso con agua frente a Rix.

El guardián asintió y dio un bocado a la sopa olvidando que esta aun seguía caliente, cerro sus ojos aguantando el calor. Sintió alivio cuando aquella sensación desapareció poco a poco.

Miró a su acompañante acercándose a la ventana, tanta amabilidad por parte de aquel extraño ser lo confundía. A simple vista parecía ser alguien con un carácter temible incluso podría apostar que aquel sujeto le ganaría a Shaw frunciendo el ceño. Regresó su vista a la sopa y la revolvió dudoso, seguro Shaw la envenenaría con tal de que no lo molestara y se pregunto si Kaled podría hacer lo mismo.

Si aquella sopa estaba envenenada ya no le importaba. Suspiró y se recargó en el respaldo de la silla, miró su plato vació y sintió un poco de vergüenza, recordó a Kaled servirle varios platos de sopa y sin embargo el erizo no había probado ninguno.

Miró su barriga expandirse con forme respiraba, sintió parte de sus energías volver a su cuerpo sin pensarlo tomó su bastón y se levantó de la silla de madera. Caminó hasta salir de la cocina, suspiró con pesades... debía agradecerle a Kaled por alimentarlo y por cuidarlo, no sabia cuanto tiempo estuvo ahí, su cuerpo no tenia heridas graves aun que no sabia porque seguí con el dolor de cabeza desde que despertó ademas de sentir su cuerpo entumecido... fuera de eso se sentía en perfectas condiciones.

Sabia que el erizo había intervenido de alguna manera, no sabia como o en que, todavía tenia muchas dudas pero no quería perder mas tiempo... sintió la urgencia de salir de aquel lugar tal vez podría agradecerle a Kaled después, ahora lo único que le importaba era ella... tenia que encontrarla, abrazarla, besarla, acariciar su rostro, mirar sus ojos y perderse en ellos como el día en que la conoció, deseó con desesperación estar con ella otra vez.

Caminó lo mas rápido que pudo hasta llegar a la puerta.  La abrió y cerro los ojos con fuerza al recibir los rayos del sol, pestañeo un par de veces y su vista se fue aclarando hasta que visualizo el lugar en el que había terminado.

Grandes arboles rodeaban la pequeña cabaña dejando algunos metros de distancia. El paisaje era deprimente, todas las plantas y los arboles estaban secos, las ramas de estos se entrelazaban entre si.

Rix se quedo en silencio esperando escuchar el sonido de las aves o la señal de algún animal que se aventuraba por los troncos secos... pero nada.

Se entristeció, escuchó pasos acercándose detrás de él.

Quien fue... quien lo hizo? -dijo sin mirarlo.

Kaled miró el lugar con tristeza, su semblante ensombreció.

Tu gente lo hizo

Mi gente?... pero como? -preguntó mirandolo consternado.

Llevo mucho tiempo en este mundo he visto los cambios que a tenido desde el comienzo de todo...

Dijo con tranquilidad mientras sentía la mirada del guardián.

Los corazones de tu gente se corrompen con el paso del tiempo, por desgracia ellos mismos y el medio en el que habitan paga el precio de sus errores

El equidna lo miró confundido por unos momentos, proceso las palabras del erizo y nuevas dudas surcaron su mente.

Ok esto es cada vez mas extraño y misterioso, que habrá querido decir con todo eso? Tal vez debería preguntarle... pero y si luego me dice: "sabes demasiado" y bang! adiós al divertido, simpático y guapo Rix? Changos esto da miedo...

Kaled lo miró esperando algún comentario de parte del ojivioleta, al no haber objeción alguna dio la vuelta regresando a la cabaña.

Rix se había quedado estático durante unos minutos hasta que la voz del misterioso erizo lo hizo despertar de su trance.

Comenzare a hacer la cena -dijo mientras desaparecía en el umbral de la puerta.

Pestañeó un par de veces y miro al cielo, sabia que todo había cambiado en su ausencia, la imagen de Marina pasó por su mente una vez mas. A caso la mujer que amaba también había cambiado?.

Suspiró con nostalgia y camino de regreso a la cabaña.

Kaled entró a la cocina y enseguida comenzó a preparar la cena. Rix caminó hacia la sala y se sentó en el viejo sofá, echó su cabeza hacia atrás y miró el techo de la cabaña.

Suspiró con pesades, pensó en ir a buscar a marina, imaginó una y otra vez su encuentro con ella. Se preguntó si ella aun pensaba en él como él lo hacia con ella o tal vez ya lo había olvidado... tal vez ella ya era feliz con alguien mas, tal vez ella ya tenia su propia familia, sus hijos y un marido que la amara igual o aun mas que él... tal vez ella...

Cerró los ojos con fuerza y sintió como su corazón se estrujaba al pensar en ello... lo mas probable era que ella ya no lo necesitaba y él... él aun la amaba, la amaba con todo su ser. Ahora debía tomar una decisión, buscar a su amada y arriesgarse a darse cuenta de la verdad o quedarse ahí y vivir de solo recuerdos.

Se quedó por largo rato perdido en sus pensamientos mientras los ojos bicolores del erizo lo miraban profundamente.

Aun después de tanto tiempo sigues queriendo a esa mujer?

Abrió los ojos y lo miró sobresaltándose un poco.

O-Oye... deja de leer mi mente, hace cuanto que estas ahí?

No mucho... y no necesito leer tus pensamientos para saber que esa expresión que tienes es causada por una mujer -dijo mientras se recargaba en el marco de la puerta- Si no deseas verla puedo decirte que fue de ella.

D-De verdad? -se levantó de golpe y sintió un leve mareo haciéndolo volver a su lugar.

El erizo asintio sin apartar su vista de él.

Eso... o prefieres verla por ti mismo?

Verla?... Ver... a Marina otra vez -bajó la mirada y se dio cuenta que debía decidir si verla o no, parecía que todo daba vueltas ante esa desicion tan difícil.

Estuviste dormido por mucho tiempo... -se dio cuenta de la encrucijada en que estaba el guardián y decidió comenzar desde el principio.

Clavó su vista en él suelo recordando todo lo que había visto, al menos el  tiempo en que estuvo ahí.Rix lo miró con atención.

Tu mundo era un lugar hermoso... desde que estoy aquí e visto los cambios que a tenido, buenos y malos vi los errores que cometía tu gente y como luchaban por remediarlos... -cerro los ojos- Pero su sed de poder fue mas grande...

(no tengo ganas de repetir toda la historia asi que la recortare xD)

Pasó un largo rato, Rix escucho cada palabra del erizo reflejando en su rostro sorpresa y preocupación.

... Ya casi no quedan seres vivos... -levanto su vista hacia el ojiverde y lo miró con seriedad- todo esta desapareciendo gracias a la creación del biometal.

Entonces Marina...

... No creo que ella y tus amigos hayan sobrevivido... -dijo y camino hacia la vitrina empolvada- Aqui estaremos asalvo, almenos hasta que logren llegar a este lugar... puedes quedarte el tiempo que...

Volteó y vió a Rix caminando hacia la salida.

No pienso quedarme aqui sentado mientras mis amigos estan en problemas y mas aun si marina me necesita -dijo con decisión, un estruendo se escucho detras de si y miró donde estaba el erizo blanco- Oye que haces?

Voy a ir contigo... -el vidrio de la vitrina yacia hecho pedazos a sus pies, se quito su gaban y se coloco sus guantes dorados al igual que sus zapatos. Se puso su sinturon y en el coloco una pequeña bara de plata.

Pero porque?... -confundido.

Estoy aburrido y no quiero ver este mundo lleno de maquinas estupidas -sonrió y sus ojos reflejaron un extraño brillo- Vamos... tenemos mucho que recorrer -

(Ups... Se me corto la inspiración pero ya estoy aquí para acabar esto >:3 )

Pasaron varios días, recorrieron valles y largos bosques. Rix recuperó sus fuerzas conforme avanzaban, al principio le costaba seguir el paso de aquel erizo el cual parecía adaptarse a cualquier zona que ellos recorrían.

Había perdido la noción del tiempo, la desesperación por llegar al castillo no lo dejaba en paz, por un momento se sintió inutil ya que el era la causa de que se detuvieran para tomar el aliento. Kaled vigilaba constantemente de día y de noche, en cambio Rix no parecía encontrar el fin a su viaje.

Siguieron su recorrido y poco a poco el ambiente a su alrededor se volvió triste. Avanzaron por largo rato, los arboles y las plantas parecían marchitarse cada vez que se acercaban a su objetivo. Rix miró a su acompañante, su rostro parecía tranquilo o eso creyó ver. Era difícil descifrar lo que aquel erizo pensaba y tal vez era mejor no saberlo.

Kaled se detuvo y lo miró de reojo.

A partir de aquí comienzan lo dominios de aquellas maquinas, debemos tener cuidado y estar atentos a cualquier movimiento -dijo sin poder ocultar la molestia de su voz dándole a entender a Rix el sentimiento que tenia ante aquel escenario.

Entendido... Faltara mucho por llegar?

No... Descansaremos en este lugar, mañana seguiremos -la oscuridad desendió sobre ellos mostrando algunas estrellas- necesitaremos toda nuestra fuerza para esto.