Pide un deseo

-Casi me muero por la tontería que hiciste- Secó sus lágrimas con sus manos y se puso de pie sollozando -yo me largo- caminó alejándose aún frotando sus ojos como niña pequeña.

Definitivamente era adorable. Fue lo único que pudo pensar el abobado lobo que yacía sentado bajo la lluvia, admirando a la eriza alejarse del lugar. ¿Esa era Sally? No creía capaz a su amiga de generarle tanta ternura. Salió de su trance al oírla.

¿C-casi te mueres?

Se levantó a toda velocidad y trotó hasta quedar detrás suyo

Vamos, no te enojes.

Tomó su mano frenandola, para así poder verla a los ojos.

Debe haber algo que pueda hacer para reivindicarme. Cualquier cosa

-Tonto... No quiero que hagas nada- dijo sin mirarlo.

¿Entonces?¿Sigues enojada conmigo?

Preguntó mirándola a los ojos, apenado.

Se acercó a él de sorpresa y lo abrazo fuerte.

-más o menos- ocultando su rostro.

No pudo evitar sonrojarse al ser sorprendido por la acción de la eriza.

Muchas gracias por todo, Sally

Ella asintió en silencio, se quedó con él en la misma posición por largo rato.

Oh, que lindos se ven juntos!

Dijo Zilea flotando alrededor de ambos.

¿Para eso lo reviviste?

-Cállate!... Tengo mis razones- dijo separándose de el para mirarla molesta.

¿Tus... razones?

Preguntó confundido el lobo, mirando a Sally. Luego de unos segundos, sacudió la cabeza y levantó la mirada a Zilea.

El mundo, no lo destruyas... Ese es mi deseo

La diosa desvió la mirada pronunciando un apenas audible "Tch" mientras la tormenta cesaba y el sol comenzaba a iluminar el horizonte.

-Esa tipa...- se alejó caminando mientras susurraba enfurecida -Que se a creído?... Grr

En serio ¿Que razones?

Caminó detrás de Sally, ignorando que Zilea parecía seguirlos flotando tras ellos.

Se giró y los miró molesta.

-Quieren dejar de seguirme?!- Siguió caminando.

El lobo simplemente lanzó una pequeña carjada y se aproximó aún mas a Sally, poniéndose a su lado. Una vez allí la miro fijamente a los ojos, acercando su rostro al de ella poco a poco, el cual cada vez parecía mas sonrojado y confiado. Cuando estuvo a escasos centímetros de la eriza le susurró al oido.

-No-

Sin previo avisó separó su cara y cerró los ojos, dibujando una gran sonrisa que dejaba a la vista todos sus dientes, los cuales chocaban entre sí, formando un muro en su boca. Entrelazó su brazo con el de Sally y comenzó a caminar alegre hacia la salida.

Oye, Sally...¿Cuales eran tus razones, eh?

Preguntó el lobo sin apartarle la vista a la eriza, ni detenerse en ningún momento. Con el sol despertando frente a ellos y una molesta diosa por detrás, ya tan solo quedaba descansar hasta que algo nuevo surgiese, hasta que algo despertara su interés, hasta que algo divertido pasase... Hasta que algo les permitiera cumplir sus deseos.

FIN