Polos Opuestos - La Musa y El Relámpago

¿No crees que puede ser peligroso que en cierta forma me pasee por la ciudad así? Digamos... que al fin y al cabo soy.... Tu sabes.

Dije sin soltarme de él, al fin y acabo, me agradaba estar así junto a él, era raro, pero se sentía bastante bien, no sé por qué, quizás él, está haciendo cambiar algo en mi, eso ha de ser bueno, supongo. Hoy estoy muy indecisa el día de hoy, es algo raro en mi, no soy así, pero en cierta parte me gusta mucho estar en este estado.

-Soy un desastre con patas...- Murmuré por lo bajo.

Escuché atentamente lo que decía, quizás tenía razón, mucha razón, por no decir que la tenia por completo, quizás deba de relajarme un poco entorno a este tema, y tratar de olvidar ciertas cosas, no lo sé, pero en cierta parte, si debía de hacer alguna cosa.
Sonreí gustosamente al sentirlo en mi mejilla, ¿Por qué lo disfruto tanto?. No, debo de dejar de pensar en ello. Pero el mismo Hatsu me ayudo a dejar de pensar, cuando lo escuché, me sonrrojé completamente, mientras me alejaba de él.

¿¡Q-Q-Qué estas diciendo tarado?!

Cla-Claro que no es normal, nada de normal, es decir... Osea... A ver... ¡Ah! Tu entiendes a lo que voy, ¡Si lo entiendes!

Sin darme cuenta estaba haciendo una pequeña rabieta en la calle, que vergüenza, ¡Qué gran vergüenza! me calmé al instante, y mi actitud volvió a ser la misma de siempre, como si nada hubiera pasado, tomé su mano, y comencé a caminar.

Las papitas no se harán solas, no, no, no...

A veces me pongo a actuar como una verdadera niña pequeña, eso es, raro, muy raro la verdad, ya que mi actitud no suele ser así, ¿Será por que en sí, ya no tengo la presión de Axxes sobre mi? Quizás así sea, no lo sé, pero no recuerdo que antes, en mi vida, actuara de esta manera, será que... ¿Hatsu me hace actuar diferente? ¿Sería eso posible?

Escuché a lo lejos lo que él dijo, no pude evitar sonreírme a mi misma, y sentirme gratamente bien, volteándome un poco, me atreví a preguntarle.

¿Ah? ¿Qué decías? 

Sonriendole, apuro un poco el paso para ir frente a ella, reafirmando su mano la conducía por las veredas camino al mercado.

Lo que acabas de escuchar, no pienso volver a repetirlo querida.

Todo era tan diferente ya, sin presiones, sin problemas, lo único que deseaba era pasar el tiempo de calma junto con ella, y los últimos momentos que han pasado juntos los han unido aun más, ¿pero cuando llegará el momento de dar un paso más allá?

Pucha... No escuché.

Dije en un tono más juguetón, intentando seguir con el buen ambiente junto a él.
Después de un momento, lo jalé hacía mi, y me dispuse a ver un puesto... Que vendía papas (?) y elegí las que tenía mejor pinta.

Mira, son sumamente grandes, saldrán muchas papitas, ¡Muchas papitas para mi! 

Le dije, dejando al descubierto una bolsa llena de papas.

Hey no eres la única que debe comer, ¿sabes? ni que esperaras bebe por comer tanto...

Una anciana se acercó a ellos, que parecía ser la vendedora del puesto de papas (?) se ajustó lo lentes para verlos a ambos.

Oh... ¿Escuché bebes? ya veo por qué tantas papas, Deben tener una familia muy grande ¿verdad?

¿C-Como? S-Se confunde señora

Jojojojojo

Hice la misma risa que una vieja culiá pará de raja (?) y miré con ternura a la señora.

¡Si usted supiera lo grande que es! ¡Nunca encontramos un lugar ni momento para estar a solas! Pero... -A él, un guerrero, le da vergüenza asumir que no se la puede contra sus retoños, por eso lo niega, imagínese- 

No sé por qué, pero, le seguí el juego a la señora, me parecía tierno, que una anciana siempre pensara en niños, era divertido también ver a Hatsu, de esa manera, tan nerviosa, es tierno a la vez también, extrañamente, todo lo que hacía él, comenzaba a agradarme.
Tomé la bolsa, la pesé y pagué.

(Niños....)

Cuidense mucho y a su retoño, hacen una linda pareja

La anciana se despedía agitando su mano en el aire, Hatsu no podía verse la cara pero sentia la calidez de la sangre en sus mejillas, le habian pillado bajo.

Z-Zalia... no crei que tu... quiero decir... no te he pedido formalmente que seamos pareja, crei que intentarias corregirla... de verdad eres impredecible (niños... Zalia y yo...)

Hatsu fue bajando un poco el paso sin soltar la mano de Zalia, cuando se detuvo se acerco a ella posando su mano libre en su mejilla, de pronto la multitud ya no estaba, solo eran ellos dos.

Me quedé mirando a Hatsu, con esa expresión de nerviosismo, asombro, y una más de mezclas de sentimientos en su rostro, era increíble para mi. 

Vamos, era una ancianita.... No me gusta corregir a los abuelos... Además...

Le decía mientras mis brazos comenzaron a rodear su cuello, y me acerqué para que mis labios rozaran los suyos.

Nadie sabe.. Lo que pueda pasar después, ¿O si?...

N-no... no podriamos saberlo

Su corazon dio un brinco al sentir el abrazo y la cercania de sus labios, volvio a sentir como el sonrojo volvia a sus mejillas, a la vez que la abrazaba por la cintura.

Que sea... segun tus deseos... Te amo Zalia

Fue lo ultimo que dijo antes de abrazarla un poco mas fuerte, juntando sus labios a los de ella en largo pero suave beso a la vez que cerraba sus ojos.

Mis ojos se abrieron mucho, al escuchar las últimas palabras de Hatsu, ¿De verdad? A pesar de jugar de esta manera, no creí que él me dijera algo así, no aquí, no creí siquiera que me lo podría decir, era, raro, no lo sé. Mi corazón comenzó a latir más y más rápido, pero aún así serené mis ojos y los cerré, mientras correspondía al beso de este, y lo abrazaba con más fuerza por el cuello.

Podía sentir su corazón latir con rapidez, tanto el propio como el de su compañera al tener su pecho apegado al de Zalia, las caricias de su espalda eran tan suaves como el mismo beso, el cual duró un largo rato, llegó un momento el cual separó sus labios lentamente, manteniendolos rozando como antes.

-Zalia... lo siento... no se porqué dije eso... sentí la necesidad... de decírtelo, no besas nada mal por cierto-

-Shh.... Sólo guarda silencio...-

Le dije lentamente mientras me alejé de él un poco.


Quizás tengamos mucho de que hablar, pero también, ¡Tenemos mucho que cocinar!

Lo tomé fuertemente de la mano, entrelazando nuestros dedos, de todas formas estaba impactada por lo que me dijo Hatsu, por el actuar que tuvimos luego, es todo tan rápido, tan, tan, no lo sé. no lo puedo describir sinceramente, pero ahora con más ganas quería sorprenderlo con algo especial.

No olvides que debes de hacer el postre de frutas... Con frutas ricas, obvio... ¡Cómo el mango!

E-Entonces déjame comprar lo que nos falta, sujetate, ¡lo haremos sin demora!

De un ágil movimiento tomó a Zalia en sus brazos para usar su habilidad de rapidez para correr veloz hasta un puesto de frutas, todas bien colocadas y de apariencia muy apetitosa.

Buenos días, quiero llevar un par de kilos de... Mangos, manzanas, frambuesas, naranjas, peras, bananas y.... frutillas.

Vaya... ¿provisiones para un postre familiar?

Por supuesto, mi reina necesita comer bastante.

Hatsu sonrió mirando a Zalia, quien cargaba la bolsa de papas junto a su pecho

Me aferré fuerte a su cuello, para poder mantenerme segura a la velocidad a la cual iba, pero me encontraba serena, cualquiera supongo que se asustaría, pero no, yo no podía asustarme estando junto a él. 

-No sabía que tuvieras tanto apuro por llegar a casa...- 

Reí por lo bajo.
Llegamos al puesto de frutas y escuché con atención lo que decía.


¿Y haremos una merienda para un ejército? *Volví a reir* Bueno, ¡Las frutillas y los mangos x2!

¡Enseguida!

La señora del puesto terminó de guardar las mejores frutas en el peso ideal, se le veía entusiasmada, lo más seguro es que una persona jamás le ha pedido tanto de una sola vez.

Aquí está, si que es bastante, ¿podrá con tantas cosas?

No se preocupe, he cargado con cosas más pesadas, muchas gracias.

Hatsu sonrió y pagó por la fruta, para después acomodarse todo en su cinturón.

-Bueno... no tengo tanto apuro, es solo que... podría pasar un momento a solas contigo-

Besando suavemente la frente de Zalia, la acomodó en sus brazos para emprender el viaje de regreso, se le veía feliz y lleno de energías, aún cargando con las cosas no disminuía su velocidad al avanzar.

-¿Será una proposición indecorosa?-

Sonreí ampliamente, ¿Cuando fue la última vez que me sentía así de bien? No lo podía recordar, quizás ni siquiera me he sentido así antes. Aún así, me da un poco de miedo de miedo acostumbrarme a esto, puede que algún día lo llegue a perder... Quizás.

¡Corre, corre tengo hambre!

Sea como sea, debo de dejar de pensar en ello, disfrutar de esto está primero, ya que, siento que también lo amo.

-hmm... depende como lo tomes, no se sabe que puede pasar-

Sonrió y rió por lo bajo, disfrutando del aire en su rostro al correr, ya estaban saliendo del centro de la ciudad para volver al departamento en el cual vivían, el cielo se despejaba más a medida que se alejaban del centro, pasaron unos minutos hasta que llegaron a casa.

Tiembla cocina... aquí llegamos.

Ten cuidado, puedo acostumbrarme a que me lleves en brazos a todas partes

Dije en tono juguetón, mientras veía como rápidamente nos acercábamos al departamento, al principio mis ojos no se adecuaban a la velocidad que él tenía, pero ahora ya le he cogido práctica al asunto. Cuando llegamos a casa, dí un salto de sus brazos.


¡Las papitas me esperan!

Saqué una olla, y un poco de arroz, lo puse a cocinar y cuando ya se estaba cocinando comencé a lavar y pelar las papas.


Esto no tardará mucho Hatsu

Prepararé las frutas, pero sera una sorpresa, no dejare que la veas jmjmjm

Hatsu se cambio a otro lado de la cocina donde solo podían verse las caras pero no lo que hacían en los mesones, el le sonreía con la intensión de juguetear con ella a la vez de despertarle la curiosidad.

Se que... lo vas a encontrar muy rico.

Con el cuchillo en mano, me volteé mirando a Hatsu, si, intentaba mirar lo que hacía, pero no lo lograba, era inútil.


Ganarás este episodio, pero, ¡No la batalla!

Si bien, no podía ver lo que estaba haciendo, si podía intentar "ganarle" en la preparación de los platos, por que me encontraba exaltada, feliz, sinceramente me llegaba a desconocer a mi misma. 

Así que tomé un sartén, le puse aceite y lo coloqué a calentar, mientras rápido picaba las papas, de vez en cuando, miraba de reojo a Hatsu, intentaba "intimidarlo" para que se pusiera nervioso y se atrasara, quizás eso no funcionaría, pero debía intentarlo. 

-Cae, cae, ante mis encantos...-

Hatsu no solo tenia rapidez en sus pies, tambien era rapido con las manos, pero en cosas de la cocina era algo mas complicado, si un ingrediente no era manejado correctamente seria desperdiciado, por lo que solo limitaba a usar sus poderes para atraer cosas metalicas, picando las frutas necesarias miraba de vez en cuando a Zalia que le hacia ojitos.

Jmjm, querida... no soy un experto en cocina, pero mi padre me dijo que uno debe mantenerse enfocado en preparar las cosas bien y con amor... ya luego me perdere en esos hermosos ojos que tienes

No eres un chef digno, querido..

Sin más puse las papas a freír, y en otro sartén coloqué dos trozos de carne, ya sólo faltaban que se terminaran de cocer las tres cosas, y todo estaría listo para comer. Sonreía cada vez que Hatsu, me hacía ojitos, era tierno verlo de esa manera, al fin y al cabo, su figura de guerrero seguía latente en mi. 
Ordené la mesa, y coloqué los cubiertos necesarios para comer, ya que no faltaba mucho, al mismo tiempo tomé una jarra y preparé un jugo que encontré en un mueble de la cocina. 


¡Listo, sólo falta que vengas a sentarte! 

El postre esta listo, asi que mi tarea acabo aqui, a sentarsee

Hatsu guardo el postre rapidamente en el refrigerador para mantenerlo frio y fresco, sentandose luego en la mesa ya tendida, el aroma de la comida de Zalia era apetitoso y ya tenia ganas de probarlo.

Me acerqué a la cocina, apagué los fogones, y comencé a servir los platos, arroz, carne y papas fritas ¡Que rico! Calculé bien la comida, y el almuerzo salió justo, me acerqué la mesa y dejé el plato frente a Hatsu.

Las papitas no tienen sal, no el nivel de sal al que estás acostumbrado. Espero te guste

Le dije, con una amplia sonrisa en el rostro, y sin más comencé a sacar papitas de mi plato con la mano.

Lo siento, ¿Eh?, pero considero que las papitas sólo deben comerse con la mano.

Reí por lo bajo, y me levanté de la mesa, y traje conmigo un bote con mayonesa

Y papitas sin mayo, ¡No son papitas!

y seguí comiendo con una total felicidad en mi rostro.

¡jajajaja! al menos disfruta las papitas, no te las sampes como si murieras de hambre

Sonriendo hunto un poco de mayonesa a sus papas y comenzo por comer la carne junto a una porcion de arroz, para finalmente agregar una papa, tan delicioso que en este mismo momento me dio hambre!!

mmm... Zalia, eres deliciosa, quiero decir, tu cocina es deliciosa

No, no, te equivocas, las papitas son deliciosas

Estaba comiendo con los ojos cerrados (Si, tenía un orgasmo mental (?). Después de un momento, abrió sus ojos, y mirando a Hatsu, le dijo sonriendo. 


Según sé, mi padre era un chef reconocido, supongo que por eso se me da bien la cocina, pero, sólo cuando me dan ganas de cocinar, por que sinceramente, muchas veces, cocinar se me hace aburrido, pero hay momentos como este, que disfruto el haber cocinado.

Terminó de decir, mientras se llenaba la boca con otro bocado.

Todo tiene sentido entonces, mi padre no era ningun chef pero... cocinaba de maravilla, parece que tenia un gusto mas aparte de las batallas jejeje... espero que sigamos divirtiendonos con las cosas que hagamos... juntos

Continuo comiendo, estaba bien charlar pero la comida se enfriaba y no permitiria que Zalia le pidiera su porcion, estaba delicioso.

Lo que sí... Cocinar sólo lo haré una vez al mes, tendremos que buscar que más hacer juntos.

Dije en seco, mientras terminaba lo último de mi plato, y cómo era de esperarse, el último bocado que me lleve a la boca, fueron un par de papitas rebozadas en mayonesa.


¡Aaaaaaawwww! ¡Quedé "poshita, poshita"!

Bueno, hay mucho que podemos hacer

Terminando su plato limpio sus labios con una servilleta, levantándose y tomando ambos platos

Estuvo delicioso, te felicito, parece que te llenaste... que lastima, no podrás comer de mi postre, querida.

Llevando las cosas a la cocina de vuelta, las dejó en el lavaplatos, sacando desde el refrigerador el postre que había preparado.

Y eso que en un principio, no querías dejarme cocinar 

le dije mientras me estiraba en la silla, hacía bastante que no comía así de bien, esta comida, no recordaba muy bien cuando fue la última vez, por lo que quitarme las ganas de comerla hoy, fueron suficientes.


¿Eh? ¡Claro que no, le haré espacio, aún puedo!

Dije con autoridad, no me quería bajo ningún concepto sin mis frutillas y mangos, jamás me perdonaría no comerlos así de frescos.

¡Postre, postre!

Hatsu sonrió dejando una fuente llena de frutillas, rodajas de mango, manzana y otras frutas cuidadosamente colocadas junto a un poco de salsa de chocolate sobre ellos.

aqui tienes querida, espero tengas lugar, jmjmjm

Miré asombrada la fuente llena de frutas, estaban en un tamaño y corte perfecto, tal como a mi me gustan las frutas, y con una salsa de chocolate sobre ellos, ¡Qué mejor!. El postre sin duda, fue mucho mejor de lo que esperé.

¡Y si no hay espacio, se lo haré de alguna forma!

Dije eufórica mientras tomaba un tenedor y sacaba un trozo de frutilla y mango primero, con un poco de la salsa y lo comía.

¡¡Delicioso!!

Me alegra que te guste querida, disfrútalo, aún queda mucho para ambos

Hatsu se sentó junto a ella comiendo su porción de postre, mirando como Zalia disfrutaba de lo que había preparado, era algo que le daba muchisimo gusto.

¿Crees que podría ser un buen marido? jmjm

¿Un buen marido?... La verdad es que si, aunque... *Dando otro bocado* Dejarías a tu esposa hecha una foca.

Reí por lo bajo mientras continúe comiendo, ahora, las demás frutas que también preparó, realmente todo sabía muy bien y la fruta estaba más que fresca.

Eres muy bueno para hacer sentir mejor a los demás